martes, 7 de junio de 2011

Masturbacion






1 ¿Què es masturbarse?





Esta es la primera cuestión sobre la que pararnos a reflexionar. Máxime cuando, por lo general, no suele ser habitual el hacerlo, ya que compartimos el curioso mito cultural en torno de la masturbación consistente en que ya está lo suficientemente claro para todo el mundo lo que significa y a lo que nos estamos refiriendo cuando hablamos de esta experiencia sexual.

La cuestión no parece estar tan clara cuando nos paramos a intentar definir la masturbación desde las experiencias personales y no desde la conceptualización normativa social al uso. Así, de una primera acepción "de la calle" que recoge que la masturbación podría ser definida como:

"procurarse placer sexual una persona a sí misma con caricias genitales y llegando al orgasmo"

Vemos que se queda excesivamente pobre y que no abarca la tremenda riqueza de matices que la masturbación el autoerotismo que las personas poseen o pueden llegar a poseer. A través de la técnica de "discusión creativa" de los Talleres de Caricia, donde se intenta una definión más completa en el sentido de que recoga la experiencia o experiencias individuales de las personas que pretendemos definirla, llegamos habitualmente a un resultado mucho más amplio (aunque no definitivo) y que podría transcribirse de la siguiente manera:

"Masturbarse es una posibilidad que tenemos las personas de sentir placer sexual con uno mismo/una misma, por medio de fantasías sexuales y/o caricias corporales, que pueden incluir o no incluir los órganos genitales, que pueden llevarnos a un nivel de excitación sexual o, por el contrario, a niveles de placer sexual tranquilos y relajantes, y que pueden culminar en la experiencia orgásmica o no culminar de esta manera y que, en el caso de los hombres, puede darse o no darse una eyaculación como consecuencia de ello"

Como queda patente en esta nueva definición, el concepto de masturbación, sometido a la experiencia vivencial de las personas, se amplia y enriquece tremendamente y, lo que es más importante todavía, se hace nuestro, algo propio de cada individuo. Esto favorece la integración de este elemento de la propia sexualidad situándolo en un punto manejable y potenciador o integrador de la dimensión sexuada y sexual de cada cual. Si establecemos un concepto normativo de "masturbación" estamos axfisiando la experiencia personal y creando "campos de ansiedad" en una dimensión de la persona donde deberían existir, en todo caso "campos de curiosidad".

Desde un planteamiento respetuoso con las personas no podemos dar por buena la definición homogeneizadora de la calle, agresiva a una vivencia individual y creativa de la sexualidad humana. Por tanto, masturbarse puede significar cosas bien distintas, tanto para los hombres como para las mujeres que la incorporan en su experiencia erótica. Y esto sin significar, en ningún caso, un cuestionamiento del otro o de la experiencia de los otros, sino una posibilidad de enriquecimiento mutuo y de aprendizaje en las diferencias.

Si establecemos un concepto normativo de "masturbación" estamos axfisiando la experiencia personal y creando "campos de ansiedad" en una dimensión de la persona donde deberían existir, en todo caso "campos de curiosidad"

De esta manera queda claro que la definición de las diferentes posibilidades que tenemos las personas de disfrutar de la sexualidad (y la masturbación o autoerotismo es una de ellas) debería de pasar por los filtros conceptuales de cada individuo para facilitar que esas realidades fueran integradas e incorporadas adecuadamente.





No hay comentarios:

Publicar un comentario